
Iba a poner una foto de los dos hombres más guapos de la tierra, pero luego he visto la foto que véis arriba y he pensado que, a pesar de no ser los más guapos, cuando estamos juntos no tenemos rival. Somos capaces de enfrentarnos al mismísimo Mar Mediterráneo, a huracanes tropicales, a tormentas de hielo y arena (mezcladas), a un océano de tiempo entre tú y yo, a tus miedos y mis sombras, cada uno a su ego y al de Dios en el de todos.
Estoy seguro de que nos molamos más a nosotros mismos que lo que le podamos gustar a alguien, y viendo fotos, me he dado cuenta de que es una cuestión de espíritu, de fe, de actitud. De amar la belleza que nos rodea y lo que hacemos como nos queremos a nosotros mismos. Como un mandato divino. Y mientras vivimos en la búsqueda eterna de mantener nuestra virtud, nosotros siempre en pie, ante todo, ante todos. Siempre en pie.